…de
cocinar patatas.
PATATAS
AL PIMENTÓN.
Voy
a preparar un aperitivo por que el vecino nos invita a comer, y no quiero ir
solo con el tenedor en la mano.
Van
unos cuantos más, así que, si no quiero que me salga por un ojo de la cara pero
que a la vez sorprenda, tengo que darle a la cabeza… En sentido figurado…
Siempre
lo más sencillo:
4
patatas grandes (adaptar en función del estómago de los comensales)
2
cucharaditas colmadas de postre de pimentón del bueno…
4
dientes de ajo
un
buen chorreón de aceite
sal.
El cultivo y elaboración del pimentón de La Vera, de
color rojo brillante, fue introducido en el siglo XVI por los monjes Jerónimos
del Monasterio de Yuste. A lo largo de los siglos se ha convertido en un
referente en las buenas cocinas. Marca la diferencia su color rojizo brillante
y su aroma ahumado consecuencia de su proceso de secado con leña al pie de la
Sierra de Gredos (España).
Cuezo
las patatas cortadas ya en trozos con una poquita de sal. Como yo siempre tengo
prisa, en la olla rápida.
Voy
dorando los ajos cortados en trozos a fuego lento para que suelten el aroma en
el aceite y cuando estén, echo el pimentón y cuido que no se queme.
Las
patatas no están, así que aparto y espero…
Junto
las patatas escurridas con el sofrito de pimentón dándoles vueltas con una
cuchara grande para que no se deshagan.
En Galicia y El Bierzo a la patata cocida se le da el
nombre de cachelos. Al hacer los trozos de las patatas hay que
desgajarlos sin cortar completamente con el cuchillo. Así cuece mejor y adquiere
otro sabor. Rara vez no les acompaña el pimentón, sobre todo si van con pulpo.
La
chispa de gracia es espolvorearle un poco de picante en polvo (cayena) o usar
media cucharadita de pimentón picante. Si por mi fuera, en el punto en el que
el comensal saque la lengua, pero mi esposa nunca me deja…
De
lujo!… (eso han dicho)…
Que
seáis dichosos.