... de preparar un dulce.
RESECAS.
O
como preparar un dulce para el café en 10 minutos.
Me
acaban de decir que nos invitan a comer y como no me gusta ir solo con el
plato, la cuchara y el tenedor ( ; ) ), a ver si nos da tiempo a preparar algo
para después…
Por
la zona de mi pueblo natal, todavía los panaderos reparten pan a casi
domicilio. Y digo casi domicilio por que en realidad pasean por las calles anunciándose
con el claxon del coche para que sean los vecinos los que acudan. Por lo general clientes
más o menos fijos, que usan todavía las bolsas panaderas de tela. Entrañable ver
como se agolpan alrededor de la furgoneta con zapatillas de estar por casa,
batas y rulos.
A
parte de las variedades de pan que suelen llevar, también ofrecen algunos
dulces: magdalenas, tortas de rulete, galletas de máquina, resecas…
Las
resecas son el típico dulce “tonto”, sencillo en los ingredientes y
elaboración, pero rico; de esas cosas como las pipas. Hasta que no das fin con
él, pellizco a pellizco, no paras.
Cojéis
un vaso mediano de agua y la calentáis un poquito. Disolvéis unos 10 gramos de
levadura fresca y le añadís una cucharadita de esencia de anís o un chorreón de
licor de anís, un par de cucharadas soperas de azúcar y, removiendo, un vaso y
medio de harina.
Os
quedará una especie de puré espeso. Bueno; añadís entonces en el mismo
recipiente medio vaso de aceite de girasol, una cucharadita de sal y, de
momento, otro vaso de harina. Empezáis a amasar.
Digo
de momento por que quizás tengáis que añadir algo más según veáis, hasta
obtener una masa elástica que no se pegue.
En
la mesa enharinada extendéis con el rodillo pequeñas bolas de la masa de unos 5
cm de diámetro hasta que tengan un grosor de no más de 3 o 4 milímetros. No os preocupéis de la forma. Las resecas rara vez son regulares; ahí también está su encanto.
Les
echáis por encima azúcar y, si tenéis, ajonjolí, aplastando un poco con la mano
para que se pegue. Y al horno a unos 200º C, diez minutos por abajo y otros
diez por arriba.
El
aspecto ideal es que el azúcar empiece a caramelizarse. Y deben quedar
ronchonas. Vamos, resecas; si les queda miga, es por que tenemos que darles más
horno por abajo.
Lo
dicho, que empiezas y no paras…
Un
saludito.