TÉ PAKISTANÍ

...de tomar té.


Tomelloso no sólo da para hacer chistes. Hace tiempo unos amigos de la zona me invitaron a una probar su receta del té pakistaní y la verdad es que resulto sorprendente el sabor especiado que adquiere la leche hasta el punto de enmascararla (como a mi me gusta).


Hervimos en un vaso de agua 3 clavos (especia, se entiende), 1 tira de canela de la India, la corteza de medio limón, 3 o 4 estrellas de anís y, opcionalmente, 1 semilla machacada de cardamomo.

La canela de la India se identifica por su aroma profundo y su aspecto de rollo apergaminado. Tiene grandes propiedades medicinales. En polvo, con una cucharadita de miel y unas gotas de propóleo, tomada todos los días en ayunas nos protege de multitud de enfermedades. Sobre la canela de la China, mucho menos aromática y con aspecto de trozo de corteza, podemos encontrar estudios que apuntan incluso a la posibilidad de ser nociva a largo plazo para la salud.

Después se le añade un litro de leche y, cuando ha hervido, se azucara al gusto.

Una alternativa muy buena y saludable al típico café con leche para el desayuno.


PAELLA EN PAELLERA


… de comer arroz.

PAELLA EN PAELLERA.



…Pelo los bogavantes con cuidado para que el cuerpo no se estropee, y reservo la cabeza. Limpio bien los carabineros y las cigalas, mientras que los mejillones se abren con un poco de agua. Cuando compré los mejillones me aseguré de que pesaran, señal de que tienen mucha carne. Voy troceando los calamares, y a continuación…tuuu, tuuu, tuuu,… el reloj de cocina me indica que… tuuu, tuuu, tuuu,…

….tuu, tuu, tuu,… Vaya!!!.. las 7:00 ya. Toca levantarse. Me apetece hacer una paella. Voy al super y…

Donde ahora me encuentro el único marisco que hay es congelado y con el aspecto de haberse estado peleando y haber perdido… Encima caro. Así que haré paella mixta de pollo y marisco sin marisco, y punto.

Después de tachar cosas de la receta que me dio mi madre, queda:

Unas 6 o 7 alitas de pollo, o trozos de pollo equivalente.
Cuatro dientes de ajo.
Medio pimiento rojo.
Un buen puñado de judías verdes.
Dos o tres cucharadas de tomate triturado.
Medio vasito de vino blanco.
Aceite, sal, pimienta negra molida, perejil picado (mejor fresco).

Y el secreto mejor guardado… algas!!!...

Las algas van a darle el saborcito típico a mar que aportan los mariscos o pescados, además de beneficios nutricionales. Pueden ser del tipo nori o tipo kombu, fáciles de encontrar por usarse para el shusi.

Contenido de las algas. Composición media por 100 g:
Proteínas: 6,9%, Grasas: 1,1%, Hidratos de Carbono: 52,1%, Fibra: 34,7%, Potasio: 4330 mg, Calcio: 810 mg, Magnesio: 715 mg, Fósforo: 165 mg, Hierro: 16,5 mg, Yodo: 15,9 mg, Vitamina A: 0,04 mg, Vit B 12: 0,3 mg, Vit C: 0,35

Rehogamos el pollo con los ajos enteros o en trozos grandes. Dos o tres vueltas después…añadimos el pimiento rojo también en trozos grandes y las judías verdes, y salamos una primera vez. Procuramos que se vaya haciendo pero sin que se queme removiendo de vez en cuando.

Hacemos espacio en el centro de la paellera y echamos las cucharadas de tomate para que se sofría un poquito. Luego revolvemos con el resto y añadimos el vino.

Cuando el olor a alcohol ha desaparecido, podemos agregar el agua o caldo. Agua si no nos importa encontrar los trozos de alga en la paella (si la paellera es para 4 comensales, llenar hasta medio centímetro antes del borde), y ahí mismo las algas. Caldo, si preferimos hervir primeros una o a lo sumo dos cucharadas soperas de algas en agua y luego colar y añadir. La cantidad de algas se puede ir modificando para próximas veces según nos guste más o menos intenso el sabor.

Cuando haya hervido todo unos diez – quince minutos, podemos añadir el arroz, unos 90 – 100 gramos por persona según el hambre. Aquí rectificamos de nuevo la sal y añadimos un polvito de pimienta, perejil picado y, opcionalmente, otro poquito de ajo picado (no más de un diente) y algo para darle color al arroz, colorante o mejor cúrcuma (ya hablaremos algún día del colorante artificial).

Como os comenté en el arroz de ahorro, lo normal 20 minutos; mejor ir probando. En este caso incluso os diré un buen truco: apagar un poquito antes y tapar con un papel limpio de uso en cocina (no papel de aluminio ni  plástico), por ejemplo, papel de horno. Y si no, una tapa de paellera. Mientras la gente se coloca, el arroz de la paella se queda en su punto.

Luego me decís…

Ciao.


El edulcorante que es más peligroso que el alcohol. ¿Es esto lo que lo está haciendo engordar?

Un amigo médico me ha enviado este artículo sobre los efectos del azúcar, la fructosa y, sobre todo, del jarabe de maíz alta-fructosa en el metabolismo de las personas.


Este último es muy utilizado para productos alimenticios industriales:

"Su cuerpo metaboliza la glucosa y la fructosa de una forma completamente diferente. La fructosa se metaboliza como el alcohol, dañando su hígado y causando una disfunción mitocondrial y metabólica, de la misma manera en que lo hace el etanol y otras toxinas." 

Como la intención de este blog es el de hacer divulgación en general, aquí os dejo este enlace al artículo recomendando su lectura:



ROSQUILLOS FRITOS.

...de pasar la tarde

ROSQUILLOS FRITOS.


Solo al ver la fotografía seguro que a muchos les sabe a reunión familiar en torno a un fuego bajo o a una mesa camilla con brasero.

De hecho esta es la receta de rosquillos fritos que siempre ha preparado mi tía cuando nos juntábamos a comer y que me la dio hace algún tiempo.

Si bien es muy sencilla, he de decir que las manos que la obran hacen mucho. No he probado otros como los suyos.

INGREDIENTES:

4 huevos
4 cascarones de aceite frito y frio (se puede poner un trozo de cáscara de limón o naranja al freírlo)
2 cascarones de Anís Seco o un chorreón.
1/2 Kg. de harina o algo más, ya que depende del tamaño de los huevos.
1/4 Kg. de azúcar.
Ralladura de un limón.
1 sobre de levadura tipo Royal o similar.
Azúcar y canela para rebozarlos.

Batimos muy bien los huevos con el azúcar, después con el anís, el aceite frío y la ralladura de limón.

Por otro lado mezclamos la levadura con la harina y se la vamos incorporando poco a poco sin dejar de remover.

Cuando tengamos la masa de cierta consistencia, la dejamos reposar una hora aproximadamente.

Preparamos una sartén con abundante aceite para freír los rosquillos.

Los podemos ir preparando mientras se calienta de dos maneras: haciendo primero un “churro” que luego juntaremos por los dos lados, o haciendo una bolita como las de ping-pong y luego aplastándola un poco y haciendo el agujero con el dedo. Nos ayudaremos de un poco de harina para que los podamos manejar.

En ocasiones se hace la masa más blanda y se fríe con moldes metálicos para rosquillas que se introducen directamente en el aceite.


Freiremos bien por ambas partes y los pasamos por una mezcla de azúcar y canela según los vayamos sacando.

El complemento ideal es un vasito de mistela… aclaro…


GUISO MULTIVERDURAS. (GUISO DE LIMPIEZA)


...de aprovechar restos.

GUISO MULTIVERDURAS (GUISO DE LIMPIEZA).



Hay que limpiar el frigorífico.
Aparecen las típicas unidades sueltas que en su momento formaron parte de kilos y docenas.
Según voy encontrando, voy echando a la olla en la que he puesto un poco de aceite: un pimiento verde, un trozo de pimiento rojo, media cebolla a la que he saneado la capa del corte anterior,  tres dientes de ajo,… Mareo un poco con la cuchara y después troceo una patata solitaria que también voy a rehogar para que se le mate el poro. Aprovechar para salar.

Añado una cucharadita colmada de pimentón bueno e inmediatamente antes de añadir el agua, medio tomate picado. Lo del medio no es por exigencias de la receta, sino porque era lo que había…
Después de añadir el agua, pongo unos cogollos de brócoli y un puñado de judías verdes que estaban congeladas en una bolsa con una pinza de la ropa. 
Quince minutos a toda presión y a comer este guisito de verduras sano, económico y caliente.

SOPA DE MARISCO.

...de comer caliente.

SOPA DE MARISCO.
Rica sopa de mariscos casera.
Para aquellas personas que les gusta entonar el cuerpo con una sopa calentita y sus horarios se lo permiten, os traigo una receta muy sencilla para realizar una sopa de marisco; claro, esto último si os es posible conseguirlo con facilidad. Si no, al final del post os comentaré que podéis hacer.

Lo sencillo de esta sopa de marisco es que todo lo vamos a ir añadiendo en crudo. Yo siempre soy partidario de sofreír los ingredientes antes pues esto hace más sabroso el plato. Sin embargo he de reconocer que en este caso el sabor suave y algo ácido que le aportan la cebolla y el tomate en crudo cuadra muy bien con el resultado final.

Para una cuatro personas pondremos un cazo al fuego con un litro de agua y le vamos añadiendo una cebolla pequeña y un tomate de un tamaño mediano, picados la primera fina y el segundo en trozos de aproximadamente un centímetro.

Echamos  unas hojas de laurel, un buen chorreón de aceite de oliva, unas diez pimientas negras sin machacar, medio vaso de vino blanco (mejor si es añejo) y un poquito de colorante alimenticio y sal.
Dejaremos hervir de unos veinte a treinta minutos en fuego medio.

Añadimos entonces los fideos, teniendo en cuenta que no debe quedar demasiado espesa la sopa de marisco.

Le picaremos entonces un par de dientes de ajo muy menudos  y añadimos el marisco que deseemos. Siempre unas gambas peladas; y dependiendo del presupuesto, unos langostinos crudos o unas cigalas.

Las peladuras y las cabezas de las gambas podemos aprovecharlas haciendo un caldo concentrado y ponerlo en la sopa contando con ese litro de agua del principio.

Si no se tiene fácil acceso a marisco siempre nos queda la solución que propusimos en la entrada “paella en paellera”.

A la hora de servir, adornaremos con unos picatostes de pan blanco.

ARROZ CON CONEJO


En un chorreón de aceite de oliva sofreímos medio conejo cortado en trozos grandes, cinco dientes de ajo partidos por la mitad y cinco o seis hojas de laurel.

Cuando el conejo haya perdido un poco el color a crudo le añadimos un pimiento rojo también en trozos grandes y añadimos sal una primera vez.

Removemos de vez en cuando para que todo se vaya haciendo despacio.

Cuando se vea el pimiento ya algo cocinado, se añaden cuatro cucharadas soperas de salsa de tomate, y se "marea" un poco para que se fría. Después ponemos también medio vaso de vino blanco y esperamos a que se evapore el alcohol antes de añadir agua hasta cubrir bien todo.

Dejamos hervir un poco para que suelte el sabor los ingredientes en el caldo y añadimos arroz para unas cuatro personas, lo que podría ser como 300 gr. Hay que tener en cuenta que el arroz con conejo se como con cuchara, por lo que debe quedar caldoso.

Mientras está hirviendo el arroz, espolvoreamos pimienta al gusto, perejil picadito fino y un diente de ajo machacado, y volvemos a añadir sal para el caldo.

¡Que suerte tienen los ángeles!

ACELGAS ESTOFADAS


…de comer verdura.

ACELGAS ESTOFADAS.

A ver que digo como no me gusten.

Acelgas riquísimas estofadas.

Me ha invitado mi hermana a cenar “su última especialidad”, una forma más sabrosa de preparar acelgas.

La acompaño mientras deambula por la cocina para ponernos al día de los últimos acontecimientos de nuestra vida y también para echar un vistazo a ver que hace, no por que no me fíe, sino para luego contároslo a todos vosotros.

Pone en una olla un manojo de acelgas bien troceado, un par de zanahorias cortadas en rodajas y dos o tres patatas medianas en trozos (acordaros, desgajados mejor).

Como la velada lo requiere, nos servimos una copita de vino tinto manchego para degustarlo a sorbitos mientras el otro habla.

Mientras se hacen las acelgas, en una olla pequeña, echa un generoso chorreón de aceite de oliva para sofreír una cebolla picadita en trocitos pequeños y un par de dientes de ajos también troceados.

Cuando están “pochados” que diría Arguiñano, le añade una cucharadita colmada de pimentón de La Vera, y lo retira a la espera de que deje de soplar la otra olla.

Y mientras seguimos con las copi… con la charla amena…

Las acelgas, patatas, zanahoria y el caldo, van al sofrito y lo pone a hervir todo junto para que agarre el gustillo (También se pueden hacer hervir las verduras directamente en el sofrito añadiéndole ahí el agua. Nota mía).

Muy rico.

Gracias Ana.



CEVICHE DE SALMÓN.


…de sorprender

CEVICHE DE SALMÓN.

Este plato que hoy os acercamos nada tiene de dificultad, pero sirve para sorprender a familiares y amigos en un momento especial, por su presentación.

Ceviche o cebiche de salmón.

Ya hablamos en otro artículo del ceviche cuando entrevistamos al Chef Iker González Ayerbe. En este caso pasamos a la práctica con unos filetes de salmón fresco, que bien podrían ser sustituidos por otro tipo de pescado (muy apreciado es el ceviche de corvina).

Una hora antes de la degustación procederemos a macerar el pescado, limpio, cortado en filetes de medio centímetro de grosor, en una mezcla con el jugo de 2 limones, unas gotas de vino seco, una cucharada de cilantro (fresco mejor), un diente de ajo muy picado y unos trocitos de guindilla fresca, que luego podemos sacar.

Cuando vayamos a emplatar, cortamos en tiras distintos tipos de verduras y hortalizas. Le va bien la zanahoria, el puerro, la cebolleta, la lombarda, la col, remolacha, cebolleta, etc. Aquellas que sean más duras podemos escaldarlas con un poco de agua hirviendo. Podemos poner también unos berros enteros para darle otro volumen.

Para preparar el ceviche de salmón colocaremos los filetes en el fondo del plato y montaremos el acompañamiento con la mejor gracia posible. Una buena forma es como formando un tipi indio.

Un chorreoncito de aceite de oliva y otro de vinagre de Módena que podemos espesar poniéndolo al fuego con media cucharadita de maicena.

Espectacular.

FIDEUÁ DE MARISCOS


…de contentar al suegro.

FIDEUÁ DE MARISCOS.

Fideuá de mariscos y típica ensalada para acompañar.

Hay que llevarse bien con todo el mundo…

Os recomendaría que compraseis algunos huesos de pescado como de pez espada o mero, uséis esas partes del pescado que habitualmente y erróneamente se desechan como la cola, la espina, la cabeza, o algo de “morralla”, es decir, ese pescado que cae en las redes, sin aparente valor comercial, y que en algunos sitios lo venden para hacer caldos.

Con esto y un par de litros de agua, hierve que te hierve, hacéis un caldo que usaremos luego. Si os han vendido mucho, no importa. Ponéis más  agua y lo que os sobre, en un tarro de cristal al baño maría para otra ocasión. Ya hablaremos de esto.

Abrimos los mejillones (10 o 12, de “bicho” grande, de los que pesan al cogerlos) en una poquita de agua que  no tiraremos.

En una paellera sofreímos mientras una cebolla mediana cortada en tiras y tres o cuatro dientes de ajo cortados en dos o tres partes. Añadimos un cuarto de chipirones o calamares, limpiados y troceados.

Cuando se haya ablandado un poco la cebolla le añadimos un tomate mediano cortado en trocitos y, al cabo de unos cinco minutos, medio vaso de vino blanco.

Dejaremos que se evapore un poco el alcohol y añadiremos el caldo del pescado y el de los mejillones. Como estamos usando una paellera para 4 personas, que son justo las que vamos a comer, la llenaremos hasta aproximadamente un centímetro del borde. Si nos falta caldo, añadimos agua (pero que no sea mucha); si nos sobra, reservamos por si hay que añadir luego.

Y cuando rompa a hervir, le podemos poner ya la fideuá.

Para los que nos siguen en este blog y no son de España a ver si tengo alguna foto de este tipo de pasta…

Si, por aquí parece que tengo una...

Se puede encontrar fideuá de distinto número, que indica el grosor.
  Si no podéis comprar fideuá, podéis usar otra pasta parecida o un fideo grueso. Estará igual de rico.

Añadir la cantidad de pasta según las indicaciones del envase (yo diría que unos 80-90 gr. por persona) y según lo que coma el suegro.

Le espolvoreamos una poquita de pimienta negra por encima, un poquito colorante o cúrcuma, y le troceamos un poco perejil fresco y un diente de ajo.

Adornamos también a mitad de cocción con unos langostinos, gambas o cigalas, y con los mejillones que habíamos reservados. Podemos poner alguno con una de las conchas.

Cuando haya pasado el tiempo que nos indica el envase para que esté la pasta cocida, la probamos. Si está hecha, a comer. Si le queda un poco y hay todavía caldo, apagamos y cubrimos con una tapa o un papel limpio para que se termine de hacer y absorba el caldo, pues la fideuá pide estar sequita, como el arroz. Si estamos sin caldo, le añadimos un poco del que nos sobró, pero calentándolo bien, y cubrimos igualmente.

No sobró nada.