PAN CASERO


… de disfrutar haciendo cosas sencillas.

PAN CASERO

Pan casero
Creo que nadie puede decir que le gusta cocinar si nunca ha intentado o ha hecho su propio pan.

Se que con las prisas del ir y venir, con lo fácil que es echar mano del que hay en las estanterías de los supermercados o de la panadería que se encuentra más o menos cerca, no suele ser una opción, pero…

Imaginaos uno de esos días en los que no apetece salir de casa, pero tampoco estarse parado, quizás un día de otoño, o de invierno… o simplemente un día que nos encontramos hogareños… Qué bueno decir: voy a hacer pan casero!!!

Es tan sencillo… pero tan reconfortante. Pero advierto: hay que mancharse las manos! No valen aparatos en este caso. Tenemos que imprimirle a la masa nuestra buena energía, hacerlo con cariño, para nosotros y los nuestros.

Empezamos por entibiar unos 400 cl. de agua en los que disolvemos dos cucharadas soperas de azúcar. Mezclamos ahí con los dedos unos 30 - 40 gr. de levadura fresca que es fácil encontrar en supermercados y panaderías. El agua debe estar, como digo, solo entibiada, a la temperatura de la mano o poco más; si no, estropearemos la levadura.

La dejaremos en el recipiente donde vamos a amasar durante una media hora a ser posible tapada, en zona templada, sin corrientes de aire que la enfríe. Durante este tiempo se desarrollará la levadura alimentada por los azucares y hará que el pan leve mejor.

Mientras podemos ir preparando otros ingredientes y disfrutar de un primer café.
  
Pasado este tiempo, en el que posiblemente la mezcla haya adquirido un aspecto espumoso, empezaremos a irle añadiendo los aproximadamente 900 gr. de harina de fuerza o de 000 (tres ceros) que vamos a utilizar; pero no todo de golpe. Podemos empezar por la mitad, y ahí añadimos una o dos cucharadas de aceite y una cucharadita de postre bien colmada de sal. Y ya os he dicho todos los ingredientes…

Lo vamos mezclando todo bien. Primero estará la masa muy pegajosa, pero a medida que le vamos añadiendo la harina resultará más fácil el trabajarla. Cuando le hayamos añadido toda la harina, podemos sacar la masa del recipiente en el que empezamos y seguir amasando en una mesa o tabla de cocina (sin dibujo). No nos importe, si lo vemos necesario, espolvorear un poco de harina de vez en cuando sobre la masa para facilitarnos el amasado.

Tenemos que disfrutar con esto… Aquí es donde le estamos transmitiendo a la masa esa energía de la que os hablaba antes.

Cuando veamos que tiene una consistencia elástica, que está ya bien trabajada (no hay tiempo, no hay prisa…) entonces le daremos la forma que nosotros queramos: de pan redondo, más alargado, etc., colocándola sobre la bandeja del horno. Aquí también le podemos hacer algún dibujo con un cuchillo bien afilado pero sin profundizar mucho, apenas cortando la superficie.

Metemos el pan en la parte media del horno y lo encendemos a unos 70º C para que leve o suba durante unas dos horas. Y un pequeño truco… en la parte baja del horno pondremos un cazo con un par de dedos de agua para que le de humedad a la masa. Así evitamos que se reseque la superficie y haga una costra que impida que suba.

Mientras, nos preparamos un segundo café, leemos un poco o podemos escuchar algo de música:



L.V. Beethoven - Sinfonía 7 en La mayor, Op. 92 II.- Allegreto

Al cabo de esas 2 horas presentará un aspecto más o menos como este:

Pan leudado

Entonces sacamos el cazo y pasamos a la fase de horneado del pan, a 175º durante unos tres cuartos de hora o una hora. Aquí también habrá que ir viendo (sin abrir el horno), pues dependerá de algunos factores como el tipo de horno, si es de gas o eléctrico,…

Pan casero ya listo

Os aseguro que es un pequeño esfuerzo con grandes recompensas. El olor a pan recién hecho por toda la casa, la satisfacción de hacer algo tan básico, tan necesario. Os animo. Me lo agradeceréis…

Que seáis dichosos.